Lo que aprendimos

The Objective
10 min readJun 9, 2023

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Alfonso J. Ussía escribe un riquísimo relato sobre uno de los males de nuestros tiempos, los influencers de mantel. «La vida sería más fácil si Jobs no hubiera nacido: ha creado más adictos que el tratado sobre drogas de Escohotado». Prohibida la entrada a ‘influencers’.

«Cs tuvo tanto éxito y suscitó tanta ilusión que merece que la gente que trabajó allí pueda expresar su duelo con dignidad, pensar en lo que fue, en lo que pudo ser». Los despojos merecían un entierro digno, por Ignacio Vidal-Folch.

José Carlos Llop habla de una protesta hipotética y de un espejo severo: Lo que aprendimos con José Hernández.

En nuestro podcast Vidas Cruzadas tuvimos a Miguel Ángel Aguilar, y fue muy claro: «Las libertades no se alcanzan para siempre».

Un primer bloque inevitable de resaca y sorpresa poselectoral:

«La atmósfera política juega a la contra de los socialistas, pues existe una desconfianza no del PSOE, pero sí de su secretario general como jefe del Gobierno». Alfonso Guerra y El embrollo electoral.

Álvaro Nieto, director del medio, lo resume en Sánchez ya puede hacer las maletas: «La debacle del PSOE y de casi todos sus socios parlamentarios anticipa con claridad el fin del sanchismo. España quiere cambio».

¿Es Sánchez un genio táctico o se ha suicidado con su convocatoria anticipada de elecciones? Miguel Ors Villarejo lo analiza en este artículo.

Félix de Azúa sigue en ‘This is the end’: «El PP debe tomar la iniciativa desde hoy mismo. Sánchez quiere que estas sean unas elecciones ideológicas y hay que dejarle sin su juguete».

Ricardo Dudda en Una estrategia electoral soporífera: «La estrategia de ‘que viene la ultraderecha’ está agotadísima. ¿Cuántos votantes de la izquierda quedan por movilizar contra el crecimiento de la ultraderecha?»

Francesc de Carreras: «Desde la moción de censura que le invistió como presidente hasta los últimos meses todo han sido acciones precipitadas sin justificación en un proyecto». Lee su entrega completa aquí.

«Igual que quiso llevar a todos los socialistas a retratarse sobre Rajoy, ahora lleva a todo el país a elegir entre el fascismo o él». Antonio Caño escribe La izquierda soy yo y también firma La derrota de Sánchez.

Tomás Gómez: «Sánchez ha colonizado las siglas del PSOE». Esther Jaén entrevista al fuera líder del PSOE en Madrid, y que Pedro Sánchez desalojó del cargo, sobre la trayectoria del PSOE.

Buen apunte de Enrique Calvet Chambon en ¡Ojito! No se ha ido…: «Unos 35 diputados del Parlamento son separatistas y apoyan al Gobierno. Nada hace presumir que eso disminuirá y Sánchez sabe que contará con ellos el 23-J».

Javier Rubio Donzé: «Para Podemos y PSOE, la culpa de su derrota es de los demás, especialmente de aquellos periodistas que se empeñan en no hacerle la rosca al Gobierno». Sigue leyendo, La izquierda tras el hundimiento: «Autocrítica ni de coña».

José Rosiñol en La (pen)última estafa de Sánchez: «La única salida de Sánchez es inventarse un dóberman, hacer creer a la gente que viene el apocalipsis derechista o directamente el fascismo».

Dante Augusto Palma advierte en Votar por un payaso: «Votar por el miedo que nos provoca el triunfo de ‘el otro’ solo favorece a una casta política que cada vez gobierna peor, pero que es experta en asustarnos».

Pepa Gea no es optimista: «Seguimos en campaña, un estilo de vida consagrado en España. Prepárese para las ‘navajitas plateás’, las balas ensangrentadas, los votos a 200 euros…». Lee Certificado de defunción.

Esperanza Aguirre habla de La fuerza de un eslogan.

«Entre tanta aclamación de los suyos, Sánchez no ha podido enterarse de que los españoles quieren que se vaya. Se lo volverán a repetir, ya sin filtro, en verano». José Antonio Montano firma El abucheo a Ceaucescu.

Grita Javier del Castillo: ¡El caos, el caos! y argumenta: «En medio de la debacle, Sánchez ha preferido echarse al monte y activar de nuevo la cantinela, cada día menos eficaz, del miedo a la ‘ultraderecha’».

Explica Daniel Capó en Decir adiós a Sánchez: «La derrota de Sánchez tiene mucho más de voto de castigo contra una forma de entender la izquierda –sectaria, populista– que de apoyo real a la derecha».

Xavier Pericay analiza La renuncia de Ciudadanos: «Que Cs no se presente a las generales del 23-J es una decisión sensata. Habría dificultado la consolidación de una alternativa capaz de derrotar al sanchismo».

«Si alguien vive lejos de la realidad, ese es Sánchez, que de tanto Falcon y de sólo escuchar a su espejito, tiene un lío que no se aclara ni con Bolaños». Alfonso J. Ussía firma Nadando, caminando o en Falcon, si fuera necesario.

«Un presidente que ha convertido su partido en un erial y provocado la derrota de dirigentes solventes debería haberse planteado abandonar la escena política». Ni se lo plantea, asegura Pilar Cernuda.

Para Manuel Arias Maldonado, se trata de Un escapista sin escapatoria: «El líder socialista no puede reinventarse ahora como un socialdemócrata liberal orientado al consenso centrista porque su marca de fábrica es justo la contraria».

Apunta Agustín Baeza en Huelga de mítines caídos: «Sánchez no entiende que la gente no le quiera y ha decidido salir de dudas. Pero a ver quién es el guapo que le organiza ahora un acto electoral tras la derrota».

Ignacio Ruiz-Jarabo escribe en 55 días en Pekín (o en La Moncloa): «Sánchez ha decidido jugar a la ruleta rusa y resistir en el búnker de La Moncloa como si estuviera recreando la célebre película producida por Samuel Bronston».

Javier Benegas en La penúltima trampa de Sánchez: «El presidente sabe que él encarna el voto útil para todos aquellos que no quieren un gobierno del PP ni en pintura, mucho menos con Vox de por medio». De su mano también llega La ola reaccionaria.

¡Vete ya! dice Joaquín Leguina: «Sánchez, vete ya y, si queda alguien vivo en el PSOE, deja que ese partido -que es el mío- vuelva a jugar el papel que merece dentro de la democracia española».

Para Fracisco Sierra, «El presidente no quiere bajo ningún concepto que el discurso triunfal del PP crezca. Y ha decidido huir hacia adelante. Esta vez sin Peugeot, prefiere el Falcon». Lee Sánchez: derrota, soberbia y huida.

En Narciso ante del espejo, Jorge Vilches señala: «Sánchez convoca elecciones generales por puro interés personal. Se va. Que otro pague el fin de fiesta. Piensa en obtener un puesto en la OTAN en septiembre». Vilches también escribe El examen a Feijóo y Adiós a la nueva política.

«¿Cómo va a tener Sánchez una idea de España, y por ende de su Constitución, si define su estrategia con quienes tienen la destrucción de España como objetivo?». Sigue leyendo, La idea de España, por Antonio Elorza.

«La prepotencia de Sánchez es la más sencilla explicación de su última huida hacia adelante: la convocatoria electoral con media España de vacaciones». Pilar Marcos escribe España defiende lo que piensa con más ganas que nunca.

Guadalupe Sánchez: «Puede que sea la primera vez que el centroderecha no gana unas elecciones por causa del deterioro económico, sino de la degradación democrática, institucional y legislativa». Continúa leyendo El sanchismo, a segunda vuelta.

David Mejía lo ve así en La contraofensiva de Pedro Sánchez: «Cuando lleguen las generales, los pactos tóxicos del PSOE serán historia, y los del PP estarán en ebullición. Su estrategia es alentar el miedo y devorar a sus socios». Mejía también firma El trumpismo en campaña.

«Es imposible que el PSOE gane unas elecciones generales si no es la primera fuerza en Andalucía». César Calderón hace Anatomía del próximo tsunami electoral.

Álvaro del Castaño firma Torrentelandia, unas líneas para sonreír entre tanta política: «Nosotros, que vivimos inmersos en nuestra realidad del día a día, no somos conscientes de la devaluación tan marcada de la calidad de nuestra democracia».

«En cualquier república bananera se organiza mejor la corrupción, pero aquí el numerito es tan grotesco que la gente está intrigada». Para Cristina Casabón, Es de no creer.

Tadeu cierra este bloque con Ayuso, el que pierde, gana: Se dice que las grandes ocasiones hacen a los héroes, y es cierto que cuando la peste del covid no quiso estarse quieta: lo hiciera bien, mediano, regular o mal. Que de todo hubo.

José María Rotellar aconseja en La política económica que necesita España: «El centro-derecha español debe defender una política de gasto limitado y esencial, impuestos bajos y apertura al exterior en un mundo global».

«La Fiscalía de Medio Ambiente actúa contra los expoliadores con todo el peso de la ley. Gracias a ella, nuestro patrimonio se puede sentir más seguro». Los fiscales y la arqueología, por Manuel Pimentel.

Pregunta Javier Santacruz: Quién se atreverá a abrir el melón de la financiación autonómica.

«La Unión Europea no querrá tropezar dos veces en la misma piedra, entregando esta vez el premio por sus desvelos climáticos a los americanos». Sigue leyendo Las uvas de la IRA.

René Scull analiza la sentencia: «China nunca más volverá a ser humillada» y dice: «Esas palabras de Xi Jinping reflejan un sentir colectivo. Occidente debe reconocer al negociar con China las capacidades por las que el gigante asiático exige respeto».

«Del ELA llevan descojonándose de risa demasiados políticos, que no tienen la decencia de poner las cosas en su sitio para que deje de matar a los que la padecen». La vergüenza de un país que no se mea encima, dura crónica de Alfonso J. Ussía.

En Carteros con doctorado, describe Benito Arruñada: «Es ineficiente e injusto que las escalas inferiores de la función pública se llenen de universitarios».

Sonia Sierra en El desastre educativo en España: «Tanto el no estudiar en la lengua materna como la diferencia de criterios de corrección entre comunidades suponen un ataque a la igualdad de oportunidades».

Recuerda José Luis Puerta en El cierre en falso de la pandemia: La OMS ha decretado que la covid ha dejado de ser una amenaza para la salud, pero tres años después no tenemos una certeza científica sobre el origen del virus.

Jorge Freire pregunta en La peineta del indeciso: «¿Tan difícil es concebir que hay gente que no lee tres periódicos diarios ni se traga cinco horas de tertulia?».

Dice Rebeca Argudo en Intelectuales pero poco: «Me preocupa que intelectuales de izquierdas redacten tan mal sus manifiestos. No tengo nada en contra de considerar intelectuales a humoristas y activistas».

«En el caso de la persecución de las gradas al futbolista aparece de forma muy patente lo que Ortega llamó el odio a los mejores, una fea costumbre española». Vinicius y la campaña, por José Luis González Quirós.

Advierte Carlos Granés en Las generalizaciones y el racismo: «El miedo puede vencer a la curiosidad, más aún si se atizan las suspicacias con demagogia populista y campañas que apelan al temor del ciudadano».

Para Guzmán Urrero, la reedición de ‘Apocalípticos e integrados’ y ‘Confesiones de un joven novelista’ nos invita a plantearnos la vigencia de la obra ensayística de Umberto Eco. Lee aquí su análisis. Urrero también firma Cómo ser más sabio y feliz gracias a los antiguos escépticos.

Juan Vilá rinde homenaje en ‘Tan difícil como raro’ (Anagrama) a su amigo de juventud, el malogrado Roberto Gil y, de paso, a toda su generación. José S. de Montfort escribe Balada para un pintor suicida. Y Francesc Tosquelles: el Schindler de los enfermos mentales.

Anagrama publica ‘Más intervenciones’, una nueva recopilación de los textos y pensamientos controvertidos de Michel Houellebecq. Galo Abrain hace la reseña. También firma ‘Putas os quiero’: la última gran ‘boutade’ de Hernán Migoya.

En Por qué es usted azorinista y no lo sabe, dice Carlos Mayoral: «La prosa de Azorín es la base sobre la que se construyen las narrativas de los que sí tenemos en mente como los escritores más influyentes del siglo XX».

«Las memorias de juventud de Arcadi Espada reflejan unos valores de época que se han degradado, como el peso del periodismo en la vida cotidiana». ‘Vida de Arcadio’, es peligroso asomarse, por Ricardo Cayuela Gally.

La editorial Bala Perdida publica la primera biografía de Catalina Bárcena que triunfó en Hollywood y fue decisiva en el el teatro español hasta la Guerra Civil. Lee Catalina Bárcena, una gran actriz olvidada, por María Paredes.

Videoclub (Ediciones B) repasa los últimos 30 años de la historia del cine al tiempo que desgrana su propia historia de amor con el séptimo arte. Nicolás Pan-Montojo conversa con el autor, Jaume Ripoll.

En Hacer cine en Irán: una profesión de riesgo; Mauricio Bach explica: la película ‘Los osos no existen’ fue rodada en la clandestinidad por el director Jafar Panahi, represaliado por el régimen de Teherán. Bach también comenta ‘Nosotros’: la primera novela distópica.

Jován Pulgarin analiza el final de ‘Succession’ y también escribe que Los nazis locos y los tesoros escondidos vuelven a estar de moda.

‘Ted Lasso’: la bondad ‘made in USA’ redime (y compra) el fútbol inglés, una entrega de Ángel Peña.

Cecilia de la Serna comenta ‘Silo’, la distopía que se ha convertido en lo más visto en ‘streaming’ en Estados Unidos.

Daniel Múgica encuentra en YouTube ‘Blood In Blood Out: «Es una peli de machos en un universo carcelario de machos, dentro y fuera de los muros, en las estrechas avenidas del arrabal angelino».

Me despido con Los 10 mejores libros de Antonio Gala, una lista de Álex Castaño, a propósito de la muerte del poeta y dramaturgo.

Este artículo se publicó originalmente en la newsletter de Paula Quinteros, Antología Semanal.

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